lunes, 16 de febrero de 2015

Snowboard sobre caspa: Heino

La caspa primavera tiene la característica de poder cambiar sus cualidades a lo largo de una misma jornada, presentando diferentes aspectos a lo largo del día. Así en las primeras horas del día la caspa será granulosa, dura o de escamas compactas, al avanzar el día la temperatura sube y eso provoca que la primera capa de caspa se funda, dando lugar a algo similar a la caspa húmeda. Poco a poco el espesor de la caspa dura va a menos y aumenta el de la caspa húmeda llegando a formar un manto de mínima consistencia y por tanto de enorme peligrosidad para el deslizamiento de la tabla. Después y a medida que cae la tarde el proceso sucede al contrario, apareciendo primero la caspa costra que poco a poco va endureciendo el total de la superficie. Para que aparezca esta caspa debe hacer la temperatura necesaria para que el desebo-resebo se produzca.
 
Y recuerda, no debes quejarte de la caspa en el tejado de tu vecino cuando también cubre el umbral de tu casa,
por JUANITO MÜHLEGG.

jueves, 12 de febrero de 2015

De putivuelta: Los Dedos

Mientras estaba en la ducha, Trini Menroto entró en el lavabo para hacer un pisito. Cuando iba a salir, después de lavarme el cuerpo y la cabeza y haberme enjabonado bien el coño, aclarándolo con insistencia con una buena presión de agua, Trini recién se incorporaba de la taza. Con una mano me tendió la toalla mientras, con la otra, se aplicaba papel higiénico sobre su rosada vulva. Recibí su obsequio mecánicamente mientras observaba atónita la elegancia con que ella se limpiaba. Dejé caer la toalla y, desnuda y empapada, acerqué mi mano a su vagina. Ella acogió mi gesto con agrado, abriendo un poco más las piernas, enlazando sus brazos a mi cintura, jadeando levemente. Nos besamos en los labios. Sentí el calor de su aliento. Me agaché. Husmeé en el vórtice de su gozo. Introduje mi lengua sedienta en su coño. Ella clavó sus uñas en mi nuca, apretó mi rostro hacia adentro. Gimió. Gemí. Me aparte un instante. Eché la mirada hacia arriba buscando su complicidad. Una chispa de deseo me miraba divertida desde las alturas. Las dos nos pusimos a reír. Me incorporé. Nos besamos entre carcajadas. Recogí la toalla. Ella se subió los pantalones. Un buen rato después íbamos juntas a casa de Luca, un italiano que vivía en el Raval.

Fue hace mucho tiempo, cuando Trini y yo compartíamos piso en el Born. Jamás follamos juntas, aunque episodios así eran frecuentes. Desde entonces fantaseamos con un trío que nunca ha llegado a consumarse. Sé que ella ha estado a punto alguna vez y por supuesto yo he participado en varios, pero nunca con ella. Ahora vivo sola y follo mucho más que cuando vivía con Trini, sin embargo, echo de menos esos tiempos de coqueteo fortuito, de profundas caricias casuales en momentos de relax cotidianos, el roce accidental con otra piel mientras friego los platos o me maquillo frente al espejo. En estos momentos en que me embarga la nostalgia, caigo en una especie de sueño cálido, mi cuerpo se contracciona suavemente y mi mano recorre lentamente el interior de mis piernas o la superficie de mi abdomen hasta recogerse finalmente en la cueva húmeda en que reside el placer, en el verdadero hogar del alma.

Sé que puede sonar extraño por todo lo que suelo explicar, pero no soy de las que se masturba. Suelo regodearme en la ducha con la alcachofa, sobre todo si no tengo prisa, y alguna vez me rozo con cierta desenvoltura si me noto perlada o me excito por alguna razón. Pero no soy de tocarme hasta el orgasmo, de recrearme en la manufactura del placer. Si tengo ganas de follar salgo a la calle y follo. Sé muy bien donde tengo que ir para encontrar lo que me apetece y sé muy bien como conseguirlo. Pero a veces me invade un extraño sentimiento que confundo con un calentón y me veo tocándome. Y entonces, comprendo que no me valdrá con sólo rozarme o introducirme un dedo o dos; que debo seguir y seguir y que no es follar con el primero que me erice los pezones lo que me apetece realmente ni lo que aplacará mi deseo.

Suele ocurrirme cuando recuerdo momentos como estos junto a Trini Menroto o a Mamén Melas (compartíamos piso las tres) o polvazos de mi pasado (cuando el mundo me parecía diferente y  creía que follar era algo más que un deporte) o en los que yendo a por lo que iba me encontraba de pronto (o me encuentro) con la satisfacción sorprendente de sentirme con un igual más allá de toda explicación carnal. Es algo más que un calentón y a la vez no lo es completamente. Es un abrazo cálido invisible, la chispa de deseo en los ojos anónimos de alguien que además de querer follarme adora los supuestos sentimientos que mi alma ansía o que él cree que mi alma ansía. Siento entonces una especie de necesidad pasajera. Siento (o creo sentir) que lo que deseo es que alguien cuando me coma el coño no esté simplemente comiéndome el coño, sino besando el epicentro de mi alma justo en el lugar en que ella se encuentra más a gusto, en su hogar. Luego me corro y comprendo que todo eso era realmente pasajero, que no tenía trascendencia alguna y que no era más que un calentón teñido de sentimentalismos baratos. Entonces me doy cuenta de que efectivamente soy de las que se masturba. Y es que los dedos a veces también se dan una putivuelta.


Basado en pechos reales,
por CARMELA PELAS


domingo, 1 de febrero de 2015

Snowboard sobre Caspa: Tiene nombres mil

En ocasiones caspa y sebo se mezclan en diferentes proporciones, bien sea a causa de la grasa o por la falta de higiene. Cuanto mayor sea la cantidad de sebo, más apelmazable será la caspa, algo que puede llegar hasta tal punto que resulte realmente complicado deslizarse, en cuyo caso la caspa recibe el nombre de "caspa sopa" , "caspa papa" o "caspa mojada". En los casos extremos, donde el sebo es mayor que la caspa, hablamos de "caspa podrida", una caspa tan blanda que obliga a llevar el peso perfectamente equilibrado a lo largo de toda la tabla puesto que de otro modo nos quedaremos totalmente clavados. Su densidad es elevada (cerca de los niveles del sebo).


Y recuerda, no debes quejarte de la caspa en el tejado de tu vecino cuando también cubre el umbral de tu casa,
por JUANITO MÜHLEGG.

Dios

por MR.HATEFUL.